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21 de juny 2011

ARTICLES TÈCNICS

Continuem publicant articles que segons vosaltres són molt interessants. Aquest, ens l'ha fet arribar l'Edu Galí, Director Tècnic de la Secció.
Molt interessant per llegir i reflexionar.


La Planificación de la Temporada en los Deportes Colectivos

Xesco Espar
Profesor lNEFC Barcelona
Preparador físico 1r equipo Balonmano FC Barcelona

Cuando en el verano de 1994 estaba acabando un curso sobre Planificación del Entrenamiento a entrenadores de balonmano en Málaga, uno de los asistentes se levantó repentinamente y exclamó: "¡Claro!, ¡Ahora ya entiendo porque ganan siempre los mismos! ¡Lo difícil es hacer como yo, que no preparo nada, y todavía gano algún partido! Creo que con este comentario ese entrenador estaba diciendo dos cosas: una, que no sabia planificar (pero posiblemente acababa de ver un método) y otra más sutil,... ¡que ni si quiera se había imaginado que se podía planificar!

La mayoría de los entrenadores no planifica. Ello no quiere decir que no sepan lo que quieren, pero un plan detallado y por escrito lo tienen muy pocos. Todos están de acuerdo que es muy importante hacerla, pero en realidad muy pocos están dispuestos a dedicar un parte de su tiempo a llevar a cabo esa tarea.

Planificar es sencillo pero laborioso. A continuación expondré algunas de las causas que he ido descubriendo a medida que he conocido entrenadores, y que suelen hacer que estos no planifiquen o que en caso de hacerla, no puedan ajustarse a su planificación debido a que no está conectada con la realidad.

Las causas por las que no planificamos...

Planificar no es urgente. Así de claro. En la vida que no ha tocado vivir, estamos absolutamente abrumados por responsabilidades, bombardeados de información, y miles de detalles urgentes que ocupan todo muestro tiempo. Y la planificación, aunque sabemos que es importante, no tiene carácter de urgencia. Si no planificamos, no pasa nada. Los entrenadores suelen disponer de suficientes recursos para que, a corto plazo, no se note que no planifican, ya que es más fácil ir preparando los entrenamientos día a día (en el mejor de los casos) que procurar tener la visión de todo el año. Normalmente, los jugadores y los directivos (también inmersos en la presión del día a día y de lo urgente) no se dan cuenta.

Esta capacidad de improvisación tiene un límite. Sólo dura hasta la semana antes del partido importante. Entonces es cuando planificar pasa a ser urgente... pero es tarde. Intentamos hacer en una semana lo que no conseguimos hacer en meses, y nos ponemos a preparar multitud de situaciones, llenando la cabeza de los jugadores, con tanta información que hasta suele ser contraproducente. Luego vienen las excusas: que si en el deporte dos más dos no son siempre cuatro, que si el deporte es así, que si hemos dominado, jugado mejor, pero la suerte no nos ha acompañado, etc.

Igualmente, muchos de los entrenadores que deciden planificar, cometen un error de base que les impide posteriormente levar a cabo lo que habían previsto. No se puede empezar a planificar directamente. Es como decidir irse de viaje y no preparar la maleta. Cogen la hoja de programación, colocan los elementos que quieren trabajar y los extienden a lo largo del año, de manera más o menos homogénea y equilibrada. El problema en estos casos es que no seleccionan los contenidos (elementos) del deporte que necesita su equipo, sino que se conforman con hacer un listado general, extraído de un libro o de los apuntes del último curso para entrenadores a que han asistido. Y entonces, cuando la competición va avanzando, se dan cuenta de que hay elementos que faltan, que no están bien jerarquizados o sencillamente que están perdiendo el tiempo con aspectos poco importantes Lo importante no es definir lo que queremos, sino descubrir lo que necesitamos.

Cómo resolver este problema es una cuestión ciertamente laboriosa, cuando nos enfrentamos a esta realidad... preferimos hacer cosas divertidas, como salir a dar una vuelta, encender el televisor o comernos un helado. Postergamos decenas de veces el análisis del equipo justificándonos con argumentos como necesito un buen rato para poder pensar en todo, ya lo haré esta noche, o mañana que tengo la mañana libre... pero siempre hay cosas mejores o más urgentes que hacer. Y al final empiezan los entrenamientos, y la planificación no está hecha.

Algunas ideas y herramientas para solucionarlo...

La solución al primer problema pasa por una redefinición de la importancia y urgencia de la planificación. Necesitamos dar un sentido de urgencia a la planificación, en aras de preparar el camino a la consecución de los objetivos de la temporada. Por supuesto que durante el año la deberemos modificar, pero las líneas generales estarán marcadas y expresadas por escrito, de manera que seremos conscientes y estaremos atentos del proceso. Si lo llevamos sólo en la cabeza, las urgencias de cada día distorsionaran mucho más el plan que habíamos previsto. Por lo tanto, seria deseable que antes de empezar los entrenamientos, la planificación de la temporada estuviese acabada con el máximo de detalles posibles a partir de la información de que disponemos en ese momento, y por supuesto, por escrito.

Un paso imprescindible antes de empezar a planificar es ordenar todos los contenidos del deporte que conozcamos. Una de las características que diferencian a los grandes entrenadores, es la capacidad de hacer distinciones en su deporte (y los más expertos, además son capaces de agruparlas coherentemente). Como mínimo deberíamos agruparlos en cinco grandes bloques (Preparación Táctica, Física, Técnica, Psicológica y Teórica) siendo la preparación Táctica y la Física (por este orden) los dos elementos más importantes. Una vez analizado y estudiado nuestro deporte, ya estamos preparados para seleccionar los elementos más adecuados. Pero todavía faltan un par de preguntas por resolver. La primera, ¿cual es la finalidad de nuestro equipo? (formación o rendimiento), ya que depende de ella el modelo de juego que propondremos. En segundo lugar, ¿qué necesidades vamos a tener según los rivales a los que tenemos que enfrentarnos? Este paso es muy importante ya que una cosa es desear un objetivo y otra conocer lo que se necesita para que dicho objetivo sea alcanzado.

Con las dos anteriores preguntas resueltas, ya podemos empezar a seleccionar los contenidos específicos que necesitamos a lo largo de la pretemporada y temporada. Antes de extenderlos, debemos valorar el tiempo real semanal que vamos a asignar a cada grupo de contenidos, dando preponderancia a los aspectos tácticos y físicos (que deben ocupar juntos aproximadamente un 70% del tiempo de entrenamiento). Una vez diseñado el microciclo básico, podemos rellenar la carta de programación.

Y finalmente debemos damos cuenta que el premio de realizar la planificación es infinitamente veces superior a cualquier helado o película de cine. La recompensa es dibujar el futuro del equipo, que redundará en nuestra formación y en la de los jugadores. El verdadero objetivo (desconocido por casi todo el mundo) del entrenamiento y de la planificación no es conseguir unos determinados resultados, sino convertir a los deportistas en jugadores que merezcan esos resultados. Ese proceso de "convertirse en", es lo que realmente viene descrito en la planificación. Visto así, planificar no sólo es imprescindible sino que es el puente entre el ahora y el destino de los jugadores, del equipo y de nosotros como entrenadores.

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